jueves, 9 de noviembre de 2017

Naves espaciales con dos sillas dadas vuelta


No todos tenemos ojos.
Aprendió de grande.
Pero.
De niña
sí.
Dibujaba los ojos primero
en las caras.

Esperaba el cuerpo,
que se le
viniera.
Disfrazaba muertos
que tenían
sombreros.

Empezaba líneas
con las cosas
lindas
que miraba lejos:
en la calle abajo
en el patio abajo
en la tierra arriba
en su padre arriba
en los árboles.

y más tarde,
cuando te veían
lo borraba
todo
lo dejabas
sola.

Despertaba,
hola.
Se dormía,
seco.

Y tomaba
Y tomaba
Y tomaba
Y tomaba
Y tomaba

O estaba
hasta tarde
entre tanto
te
acariciaba.

Qué va ser
Qué iba
ser
Qué iba
a
hacer.

Si pudiera, miraba.
Y brotaba
y trataba
y dejaba
y volvía.
Más.
Y más.
Y listo.

Lo primero
era que le dibujaba
ojos
a las caras.

miércoles, 1 de noviembre de 2017

Las polillas


Voy a decirlo
lejos y tranquilo,
pasa en bicicleta
con el calor
del mes
de volver,
volvió la lluvia.

Volvía
otra vez,
y ya
no
me imaginaba
la expresión
que tendríamos
en la cara.

Solo
llovía
y seguía
la suerte.

Ahora tranquilo,
separaba el frío,
pero
venía
lo peor.

Un mes
entero
tratando
de
seguir
la ilusión,
de seguir.

No sé qué
pensé,
para
dejarte hacer,
pero hiciste.
Elegiste vos.
No sé por qué.

El calor no se iba
a ir.
Y el frío
que vendría
otra vez
iba a ser
lo que había
sido.

Otra vez
como las polillas
que aparecían
cada vez
más,
de algún lado
que no sabía
qué.