sábado, 7 de septiembre de 2019

Negrita,
             olor a galletita 
de Barracas 
me hace acordar

trabajabas en la fábrica
vos 
eras chiquita y te dolía la panza
agua caliente 
te ponías 
y seguías.

Muchas veces te pensé,
muchas veces me 
pregunté, mamá,
cómo habría sido realmente,
porque eras chiquita.

Ahora paso de noche
y pienso 
que las luces esas
que decías:
lugar donde nunca estuve. 

Y miro en la plaza Colombia 
si andás por ahí, 
te busco en algún café, 
pero no irías a esos cafés, 
vos

sos 
como la luz fluorescente de los negocios de service de electricidad.
Qué sólo 
me hacen sentir en casa. 

Sos como, no
sos esa luz. 

De todo esto se trata 
todo esto
de lo que pienso que sos
pero vos 

no sos
no estás.


No tendrías idea 
de qué es,
que estoy hablando. 
No entenderías,
te quedarías mirando 
quizás sonriendo 
inocente 
como una nena.

¿Cuál habrá sido tu sueño?

domingo, 24 de febrero de 2019

Negrita

El olor a galletita que hay en esa calle de Barracas me hace acordar a cuánto trabajabas en las fábricas vos. Pero no trabajabas en una de galletitas, por lo que me contaste, trabajabas en la de jabón Federal. Eras chiquita, y cuando te dolía la panza, por el ciclo, no te dejaban ir al baño; te tenías que poner una botella de agua caliente en la panza y seguir trabajando.
En el tren no la pasabas bien tampoco. Muchas veces pensé en eso que me contaste. Y muchas veces me pregunté cómo habría sido realmente eso. Eras chiquita.
En Barracas, ahora, cuando paso de noche, pienso que las luces me hacen acordar a algún lugar en el que nunca estuve. Y miro en la plaza Colombia, a ver si andás por ahí, o te busco en algún café, pero no irías a esos cafés, vos.
Sos como la luz fluorescente de los negocios de service de electricidad, que solo me hacen sentir en casa ni bien entro. No sos como, sos esa luz. 
De eso se trata todo esto, de lo que pienso que sos, pero vos no sos eso. Porque no tendrías idea de qué es todo esto de lo que estoy hablando. No entenderías. Te quedarías mirándome, quizás sonriendo, inocente, como una nena.
Ya antes de que te fueras, iba a buscarte a Parque Patricios, a la calle donde estaba el conventillo donde vivías. Y no estaba ni el conventillo ni ninguna casa, no sé que habría. Habría un negocio. Aunque en realidad no sé si siquiera fui a la dirección correcta. Yo andaba por ahí, te buscaba entre la gente, como si hubiera una doble tuya en cualquier lado. Me enamoraba del barrio, y nada más. Ah, no, sí. Sí había algo más: te llamaba desde un teléfono público y te contaba, y si no estabas te dejaba un mensaje en el contestador, porque siempre estabas pendiente de quien te llamaba.
¿Cuál habrá sido tu sueño?

domingo, 22 de julio de 2018

Es igual

Como si quisiera jugar al fútbol, pero no hay pelota.
O como si soñara que hay un camino que lleva a un bosque, pero es ciudad.
Y de vuelta lo que pasa es un avión, a la madrugada cuando se despierta a hacer pis.

Entonces se rasca la cabeza, y se mira los pies y acomoda los hombros. En un rato o a la mañana, va a pasar algo. Pero no pasa nada.
Puede faltar a trabajar, así que aprovecha y duerme más.

Todo es de 1920. Todo. Ya deja de ser un estilo arquitectónico, y es pena.
Parece que la línea de tiempo va por las tapas de los discos que nadie compra, o que siempre hay de sobra en las disquerías. Pero no es así el tiempo.

jueves, 8 de febrero de 2018

Cuando me di cuenta



Un sueño es poco.
Es poco.
Trabajar,
bajar
todo
el tiempo.

Yo no quiero
trabajar.
En esto
todo el
tiempo.

Vos no
sabés,
y
yo sueño.

Cada vez
que
me preguntes,
es poco.

martes, 23 de enero de 2018

Negro azul

Sos un punzón
plata en el agua
negro y azul.

Rato de relámpago,
de vuelta.

Plata y azul:

No vivís en Mar del Plata,
no sabemos quién sos.
Sos un azul,
una estrella un negro
en bodyboard.

Dije bodyboard.
Dije bodyboard.
Me lo hiciste
hacer vos.

Sos un amor,
sos un punzón,
sos lo que yo.
Sol que no
soy lo que vos
no sos.

Yo me metí,
te dejo la ola.
Ya me salí.

Andá punzón
negro en el agua
negro en el sol.

jueves, 9 de noviembre de 2017

Naves espaciales con dos sillas dadas vuelta


No todos tenemos ojos.
Aprendió de grande.
Pero.
De niña
sí.
Dibujaba los ojos primero
en las caras.

Esperaba el cuerpo,
que se le
viniera.
Disfrazaba muertos
que tenían
sombreros.

Empezaba líneas
con las cosas
lindas
que miraba lejos:
en la calle abajo
en el patio abajo
en la tierra arriba
en su padre arriba
en los árboles.

y más tarde,
cuando te veían
lo borraba
todo
lo dejabas
sola.

Despertaba,
hola.
Se dormía,
seco.

Y tomaba
Y tomaba
Y tomaba
Y tomaba
Y tomaba

O estaba
hasta tarde
entre tanto
te
acariciaba.

Qué va ser
Qué iba
ser
Qué iba
a
hacer.

Si pudiera, miraba.
Y brotaba
y trataba
y dejaba
y volvía.
Más.
Y más.
Y listo.

Lo primero
era que le dibujaba
ojos
a las caras.